Detrás del volante

así es el proceso de creación de un coche eléctrico en Renault: del concept al concesionario

Alberto Ballestín - 4/6/2025

Twingo

Entrar en un concesionario para interesarse en el catálogo actual de Renault y ver qué coches se adecúan más a las necesidades del conductor puede parecer una experiencia mundana, pero para que alguien pueda sentarse detrás del volante, palpar el salpicadero, pulsar los botones y pensar "este es para mí", una extensísima cadena de profesionales han tomado parte en un trabajo conjunto de una complejidad extraordinaria.

 

Desde la misma concepción del vehículo al momento en que abandona la cadena de montaje y llega a las campas para su distribución, todo automóvil nace como el producto de una serie de ideas, nociones y necesidades que se van moldeando y definiendo. Una gestación que, en el caso de los eléctricos Renault, se acelera por la simplificación de los procesos que ha impulsado la compañía con su estrategia Renaulution, que toma la iniciativa Speed of Lightness como uno de sus pilares para reducir tiempos. 

 

Como veremos, Renault quiere dar el salto desde el concept car al producto real en un tiempo récord, tal es el caso del nuevo Renault 5 E-Tech eléctrico.

antes de trazar la primera línea, vienen los números (muchos números)

Lo primero que hay que comprender es que el proceso de diseño de un coche, sea el que sea, no arranca con un lapicero sobre una hoja en blanco. O sí lo hace, pero todavía no para trazar las líneas de sus rasgos maestros.


Renault, como fabricante establecido en todo el mundo, formula todo nuevo vehículo en base a las necesidades observadas en el mercado, sus propios objetivos técnicos y la obvia necesidad de administrar una serie de recursos, desde el presupuesto asignado al espacio en fábrica ocupado por los materiales empleados, por no hablar del personal necesario durante cada una de las fases del proyecto.

 

En este aspecto, Renault busca siempre maximizar las sinergias, tanto a través de su colaboración con Ampere, socio fundamental en el desarrollo de nuevos vehículos eléctricos gracias a la agilidad de su estructura, comparable a la de una startup, a la integración de materiales reciclados incorporados al proceso productivo desde dentro de las propias fábricas, creando ciclos cerrados que reducen la dependencia exterior.

Ampere

Esta optimización se potencia aún más a través de la cadena de suministro: por ejemplo, más del 80% de los proveedores del R5 están ubicados a una distancia de menos de 300 km, lo que ayuda a reducir costes logísticos y la huella de carbono.

 

Así las cosas, todo nuevo desarrollo parte de la conjunción de ideas, nociones y datos duros recabados por equipos multidisciplinares que tienen en cuenta estos y otros factores, que sirven para definir una serie de factores clave, como pueden ser la categoría del vehículo (¿es un subcompacto? ¿SUV o hatchback? ¿híbrido o eléctrico?), el coste de producción, la horquilla de precios de venta, o las matriculaciones esperadas a lo largo de su vida comercial antes de pasar a la siguiente fase de proceso.

 

Solo cuando tuvo todos estos datos Luca de Meo, CEO de Renault Group, pudo comenzar a trabajar en el nuevo R5, concebido para hacer por la electrificación lo mismo que el modelo clásico hizo por las finanzas de Renault en los tiempos de la crisis del petróleo. Y se trata de un gran precedente, porque el original Renault 5 fue un éxito comercial con 5,5 millones de unidades vendidas.

turno de los diseñadores, mitad artistas, mitad ingenieros

Diseño Renault

Una vez armados con todos los requisitos que debe satisfacer un nuevo coche, los diseñadores de Renault se ponen a trabajar. Gracias a su presencia en Europa, América Latina y Asia, donde Renault gestiona sus propios centros de diseño, los diferentes equipos dirigidos por Gilles Vidal, Director de Diseño de Renault, comienzan a trabajar en el diseño general del vehículo y sus posibles adaptaciones o variantes locales.

 

El trabajo suele comenzar con la elaboración desde cero de un concept car, aunque también es posible que diseños anteriores marquen las pautas a seguir. Este coche, que puede oscilar entre el futurismo más estricto y un avance bien definido del modelo comercial, tiene por misión definir las líneas maestras y desarrollar algunos aspectos relacionados con el apartado técnico del vehículo, sirviendo de adelanto a prensa y consumidores. En función de lo que opinen, el fabricante suele tomar una decisión.

 

En paralelo, el coche definitivo va tomando forma. A través de herramientas clásicas como el moldeado en arcilla a escala real, pero también de recreaciones virtuales, los diseñadores de Renault van dando forma a cada uno de los elementos del vehículo como paso previo a su industrialización.

 

Aunque las cosas no siguen siempre esta trayectoria.

Renault 5, un diseño que fue amor a primera vista

R5

En el caso de Renault 5 E-Tech eléctrico, su historia fue la de un flechazo. Tanto, que ni siquiera hizo falta el debut de un concept car al uso para autorizar su producción, lo cual es extremadamente inusual.

 

Todo comenzó en 2020, cuando Luca de Meo, ya enfrascado en la configuración de la gama eléctrica de Renault, estaba observando las obras del equipo de diseño en el Technocentre de París para familiarizarse con su trabajo. El paseo no estaba siendo particularmente fructífero, hasta que, súbitamente, reparó en un cuadriculado modelo a escala real realizado como un estudio interno. Un proyecto sin mayor importancia y que solo quería ser una rutinaria exploración de formas e ideas, pero que cautivó a de Meo. Fue la chispa que necesitó el CEO de Renault.

 

Hasta entonces, de Meo solo sabía que buscaba un coche eléctrico pequeño y económico, pero el impacto causado por las líneas angulosas de ese modelo aún sin nombre fue tan grande que inspiró su decisión: no había que crear un nuevo coche, sino resucitar un mito. Había que traer de vuelta al R5 bajo el concepto de “retrofuturismo”.

industrialización: refinando el coche hasta que llega a la línea

proceso de creación

Provistos ya con una visión virtual del coche definitivo y el desglose pormenorizado de todos y cada uno de los elementos que lo compondrían, los ingenieros del Global Production Engineering Center de Renault se pusieron a trabajar en el nuevo R5.

 

Esta instalación, de acceso restringido situada a las afueras de París, pasa por ser una de las poquísimas en todo el mundo especializadas en la producción de prototipos, y es ahí donde se fabricarán las primeras unidades antes del inicio de la producción en masa. Al comienzo, de forma casi artesanal, y después usando los mismos procesos que las fábricas asignadas a cada modelo. 

Con un calendario que no admite lugar a retrasos, los ingenieros de Renault deben crear varios prototipos diseñados únicamente para comprobar la validez de los métodos y el concepto en sí mismo, para después enfrascarse en la fabricación de varias "mulas". En el caso de Renault 5, desde la aprobación del diseño inicial y hasta la realización de la primera mula fueron necesarios tres años. Puede parecer mucho tiempo, pero en realidad es un plazo relativamente breve, y que en los próximos años se irá acortando aún más.

 

Estos coches, esencialmente prototipos funcionales, circulan totalmente camuflados por las carreteras para comprobar la dinámica y la fiabilidad de los coches, visitando lugares con climas tan extremos como Laponia, donde Renault comprueba el correcto funcionamiento de sus baterías en situaciones de clima extremo.

R5

Si en cualquier momento se aprecia alguna deficiencia o aspecto fácilmente mejorable con una intervención menor, el equipo de diseño y los ingenieros lo abordarán rápidamente utilizando técnicas como el prototipado rápido para elaborar piezas en un tiempo récord.

 

Solo cuando estos prototipos han adquirido la madurez deseada, se inician los procesos para fabricarlos en masa en las fábricas que Renault tiene repartidas principalmente por Europa.

una industria que se mueve a la velocidad de la luz (y cómo Renault quiere ganar la carrera)

WT5

En un mercado cada vez más competitivo, el largo y complicado camino que debe seguir todo coche, desde que es conceptualizado y hasta que llega al concesionario, se ha convertido en uno de los mayores obstáculos en la rentabilidad de los fabricantes, cuando no de su supervivencia.

 

Ajustar un coche a unas necesidades cambiantes es muy difícil cuando se tienen que invertir hasta medio lustro de esfuerzos para luego mantenerlo a la venta durante ocho años, y más de una compañía mira al abismo por la simple acumulación de costes. Si consigues reducir ese tiempo de gestación en dos años, como ha sucedido en el caso de R5, la sostenibilidad del negocio se dispara.

 

Para evitar esta situación, Renault ha puesto en marcha el programa de aceleración industrial Speed of Lightness. Auspiciado por Luca de Meo, CEO del Grupo, busca acelerar nada menos que doce procesos clave para reducir el tiempo de desarrollo de tres o cuatro años a solo dos. Dentro de esta iniciativa se integra el ecosistema de movilidad eléctrica ElectriCity, compuesto por dos plantas de ensamblaje y dos gigafactorías de baterías (una operada por una startup francesa, Verkor) volcadas al 100% en la producción de vehículos eléctricos.

 

Esta concentración de capital tecnológico y humano, unido a la experiencia ganada durante el diseño y producción de R5 han sido claves a la hora de dibujar las estrategias industriales que permitirán que otros coches de la marca puedan llegar al mercado incluso más deprisa.

R5

Desarrollado por Ampere usando una estrategia de simplificación industrial, Renault 5 E-Tech eléctrico ha podido salir a la venta en un tiempo récord y con un precio de entrada inferior a los 25.000 euros. Un hito que solo ha sido posible gracias a un ahorro de costes no centrado en la reducción de prestaciones o calidades, sino en la simplificación del propio coche.

 

Esta racionalización se comprende con cifras: frente a modelos anteriores, el R5 pasa de utilizar 2.600 piezas a solo 1.100, gracias en parte a que utiliza una plataforma eléctrica pura, sin necesidad de acomodar futuras versiones híbridas, y si hablamos de la batería, solo integra cuatro módulos, lo que supone, ⅓ parte de lo habitual. Son cambios que minimizan el tiempo de desarrollo, reducen costes y mejoran la fiabilidad final, puesto que el número de componentes susceptibles de averiarse también es menor.

 

Por su orientación urbana y precio contenido, Renault 5 E-Tech eléctrico es el coche perfecto para que Ampere ponga a prueba las optimizaciones en las etapas de conceptualización, diseño y producción promulgadas por Speed of Lightness. Pero no será el único. Atentos a las próximas sorpresas.

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