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24/9/2024
Conducir es una actividad cotidiana para millones de personas en todo el mundo, gracias a ella conseguimos elevar nuestro nivel de libertad, independencia y movilidad. Sin embargo, para una gran cantidad de personas la idea de ponerse frente al volante desencadena una profunda ansiedad y miedo irracional.
En este artículo explicaremos qué es la amaxofobia, sus causas, síntomas y las maneras de superarla, poniendo en relieve un problema que a menudo pasa desapercibido pero que afecta significativamente la calidad de vida de quienes lo sufren.
La amaxofobia es el miedo o fobia a conducir. Etimológicamente, la palabra deriva del griego “amaxa” (carro) y “fobia” (miedo irracional). Nos encontramos ante un trastorno que puede causar pánico o una gran ansiedad en situaciones relacionadas con la conducción de un vehículo, incluso a la hora de viajar como pasajero.
Su impacto puede variar desde una ligera incomodidad hasta la imposibilidad total de conducir, por lo que puede tener un impacto importante en la vida diaria de quienes la padecen, ya que limita la capacidad para desplazarse de manera autónoma.
Las causas de padecer amaxofobia, o el miedo a conducir, pueden ser diversas, muchas de las cuales están relacionadas con experiencias personales. A continuación exponemos los motivos más habituales por las que se adquiere el problema. Importante reconocer que son excluyentes, ya que se pueden presentar combinados:
La amaxofobia es un temor que puede afectar a cualquier persona, sin importar su experiencia al volante, género o edad. Si clasificamos a los afectados en tipos concretos, podemos establecer tres escenarios bien diferenciados:
Según el Estudio sobre Ansiedad en la Conducción Amaxofobia en los conductores, de la Fundación CEA, la amaxofobia estaría afectando a uno de cada cuatro conductores en España.
Podemos por lo tanto afirmar que es un trastorno bastante común, pero no es habitual que personas relevantes en la sociedad hablen con naturalidad sobre ello, por lo que resulta interesante dar visibilidad a los casos de algunos personajes famosos, que se han decidido a compartir su miedo a conducir.
El caso más popular y cercano lo tenemos en Penélope Cruz, que ha confesado que sufre de amaxofobia tras presenciar un accidente de tráfico en el que estaba involucrada su hermana. La cantante Barbra Streisand padece el trastorno por una situación similar.
J.K. Rowling ha argumentado que no tiene percepción espacial como la de todo el mundo, le cuesta relacionarse con máquinas, por lo que ha considerado que por el bien de todos siempre elige que la lleven. Otros nombres populares afectados por situaciones de tráfico intenso son Cher o Robbie Williams.
Para aquellos que sufren de amaxofobia, conducir puede producir una serie de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración, mareos, rigidez y dolor muscular, dificultad para respirar o temblores.
Todos estos signos, junto a una posible crisis de ansiedad, pueden llegar a incapacitar la conducción, consiguiendo que la persona detenga el vehículo con la consecuente negación a continuar.
Desde el punto de vista psicológico, los signos más detectados son el insomnio y las pesadillas relacionados con el viaje que se va a realizar. Son derivados de pensamientos catastróficos sobre la pérdida de control y posibles accidentes.
Cada persona necesita procedimientos y tiempos únicos para superar esta situación incapacitante, pero es común plantear soluciones de la mano de especialistas y hacerlo de manera gradual:
A todos estos consejos, cabe añadir uno que quizá podamos intuir entre líneas, y aunque no sea una solución determinante, sí influya en mitigar la amaxofobia; y es lo “confiable” que sea un vehículo a la hora de conducir. Un vehículo que inspire confianza, tanto por su diseño ergonómico como por sus sistemas de asistencia a la conducción, permite al conductor centrarse en la experiencia de conducir sin la ansiedad de fallos técnicos o situaciones inesperadas. La seguridad, respaldada por tecnologías como los frenos asistidos, control de estabilidad y sistemas de alerta, reduce significativamente el estrés al volante. Además, un coche fácil de manejar, con una interfaz intuitiva y controles precisos, minimiza las distracciones y mejora el control del conductor sobre el vehículo. Así, elegir un vehículo de última generación con un pack tecnológico como los de la gama E-Tech de Renault, será un buen punto de partida a la hora de superar la amaxofobia.