Hacer que nuestro día a día en términos de movilidad sea sostenible pasa por sumarse con optimismo a la transición energética, apostar por la economía circular y utilizar el vehículo cuando sea necesario. En las ciudades, la mejora de la calidad del aire tiene mucho que ve con la movilidad, hacer una apuesta por la electrificación significa un impacto positivo directo sobre la salud de los ciudadanos. Definimos qué es la transición energética y cómo podemos introducir cambios en nuestro día a día para contribuir a una atmósfera más limpia.

¿Qué es la transición energética?

Sencillo, se trata de reducir nuestra energía derivada de los combustibles fósiles (los que emiten gases efecto invernadero) y sustituirlos por energías limpias y/o de origen renovable.

¿Por qué es tan importante la transición energética?

La energía es el factor que más contribuye al cambio climático. Los combustibles fósiles representan un 60 por ciento de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Los vehículos eléctricos no son una moda pasajera, sino que han venido a quedarse y ayudarnos a reducir estos porcentajes de emisiones.

Ley sobre la transición energética y el cambio climático.

Para que todos podamos hacerlo sin dejar a nadie atrás, contamos con marcos políticos y económicos en los que ampararnos. En 2015, todos los países acordaron llegar a 2050 con neutralidad climática (el Acuerdo de París). 

En España, desde 2021 contamos con nuestra propia ley de cambio climático y  transición energética para reducir estas emisiones. 

9 ideas para que tu transición energética sea buena para ti, el medioambiente y tu bolsillo.

 

1. Camina más, conduce menos. Caminar, además de ser la forma más sostenible de moverse, es beneficioso para nuestra salud (física y mental). Son muchos los estudios que hablan de sus virtudes. Si puedes, opta por dar un paseo en lugar de coger el coche para trayectos cortos.

 

2. Pedalea. Cada vez es más sencillo desplazarse en las ciudades en bicicleta con las mejoras en los carriles específicos. Este cambio ciudadano conlleva a su vez la mejora de las zonas verdes. Supone, además, el ejercicio diario recomendado por los profesionales de la salud.

 

3. Usa el transporte público como solución a las grandes distancias difíciles de hacer andando o en bicicleta. Metro, autobús y tranvía son las opciones más sostenibles. Si nos acostumbramos a utilizarlos para realizar trayectos de larga distancia estaremos disminuyendo nuestra huella de carbono; además, evitaremos los atascos. También es una alternativa perfecta a pedalear y caminar cuando las inclemencias del tiempo suponen un inconveniente.

 

4. Déjate llevar. La demanda de bicicletas eléctricas ha aumentado un 319 % en España en los últimos dos años, el porcentaje más alto de Europa. También los patinetes eléctricos siguen en auge. Ambos son la alternativa a la moto en propiedad de muchas grandes ciudades españolas. Algunos también se cargan con batería solar y están a disposición de todos los ciudadanos y turistas con una sencilla app en el móvil.

 

5. Comparte. Hay muchos desplazamientos que podríamos hacer acompañados. La mayoría de los que hacemos al punto de trabajo y que con un compañero se pueden repartir gastos y dividir emisiones. Una sola persona en un vehículo de gasolina o diésel es una huella demasiado grande para poder seguir asumiéndola. Además, compartir coche tiene ventajas como poder ir por carriles preferentes (BUSVAO) y compartir los gastos por kilometraje. 

 

6. Carsharing. El carsharing permite compartir el uso de un coche entre muchas personas. Los coches de estas plataformas suelen ser eléctricos o híbridos y están distribuidos en la ciudad en una zona de servicio definida y pueden recogerse y dejarse en cualquier momento de forma espontánea y flexible. Esta forma de economía colaborativa ayuda a reducir la congestión del tráfico, la contaminación y la falta de aparcamiento; los principales inconvenientes de conducir por zonas urbanas. Cada coche compartido sustituye entre 8 y 20 coches privados en la ciudad, liberando un valioso espacio vital.

 

7. Alquila El vehículo en propiedad no siempre es necesario. Alquilar para ocasiones concretas puede suponer un ahorro económico. Podemos planteárnoslo para los desplazamientos que hagamos en la ciudad de destino de nuestras vacaciones o para hacer viajes largos si en nuestro día a día usamos un coche urbano más pequeño.

8. Electrifícate y ahorra. Los vehículos híbridos  y, sobre todo, los coches eléctricos, no inundan la ciudad con gases de efecto invernadero que hacen que vivir en ellas sea insalubre. El cómo nos movemos nos define. 

Apostar por la electromovilidad es la mayor medida que podemos adquirir para una transición energética que mejore la calidad del aire de las ciudades, los atascos y la contaminación acústica, un asunto nada menor, gracias a los silenciosos motores eléctricos.

Además, la factura es significativamente menor y hay ayudas para adquirir estos vehículos como el Plan Moves. También existen ayudas autonómicas y locales, como el Plan 360 Madrid que ofrece diferentes subvenciones en función de si es el coche es etiqueta CERO, ECO o C. Con ellos tienes la ventaja de poder circular por las zonas de bajas emisiones (ZBE)  y aparcar de forma gratuita.

 

9. Ecocombustibles. En el ámbito de la ingeniería se están desarrollando nuevos combustibles, gases, líquidos neutros o bajos en carbono, para reducir las emisiones en todos los medios de transporte con un menor impacto en los recursos del planeta. 

 

Todas estas medidas, algunas en forma de pequeños gestos y otras que suponen grandes avances, nos ayudan a abrazar una transición energética que nos permita reducir los gases de efecto invernadero que se vierten a la atmósfera en todo el mundo. 

 

 

sobre el autor

Ana de Santos

periodista especializado en motor