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qué ha sucedido en los 27 años de historia de Scenic para que todo cambie (excepto el nombre)
10/4/2024
Un padre nervioso comprime con fuerza el equipaje, intentando cerrar a empujones la portezuela de un maletero, grita antes de salir de vacaciones: ¡este juguete ya no cabe! Los niños se encajan como pueden en la parte de atrás, sin poder ver más que el respaldo del asiento delantero y el cielo al mirar arriba por las ventanillas, ¿te suena esta escena? Entonces sabes que es un coche compacto de los 80.
los 90, felices, con el primer Scenic
Hasta mediados de los 90 el coche de segmento C era lo que era, un coche bajito de proporciones y aspecto muy concretos. Entonces Renault entendió que la familia media necesitaba y podía tener algo más. Hablamos en concreto de 1996, en pleno crecimiento económico, cuando la humanidad miraba asombrada a Dolly, la primera oveja clonada, pensando en que todo era posible a partir de entonces. En este momento, Renault diseñó una nueva plataforma que bautizó como Megane, y creó nada menos que seis modelos compactos sobre ella: 5 puertas, 4 puertas, break, coupé, cabriolet y, nuestro protagonista, el coche en el que toda la familia quería viajar: el monovolumen Scenic. Un vehículo compacto que ganaba espacio hacia arriba, de aspecto dinámico, interior espacioso y modulable gracias a sus asientos desplazables, plegables y desmontables; con numerosos huecos para guardar objetos: era el concepto Espace traído al compacto, algo que se acercaba más a ser una extensión del hogar. Y fue un bombazo comercial, coche del año en Europa 1997 por su innovador concepto, (no en vano su nombre proviene del acrónimo “Safety Concept Embodied in a New Innovative Car”). Veamos qué pasó en las siguientes dos décadas.
bienvenidos a un mundo digital
A principios de los 2000, Internet vivía un punto de inflexión con el estallido de la burbuja “puntocom”, y más tarde con la aparición de verdaderas instituciones digitales como Wikipedia o el crecimiento imparable de Google. Los ciudadanos empezaban a tener acceso a tecnologías avanzadas. Mientras, Renault percibía una dura competencia con modelos con gran acogida. Tocaba mover ficha, ¿en qué sentido debía trabajar? Por un lado, el monovolumen comenzaba a ser percibido como un coche más incómodo dada sus características dinámicas. Además, había que escuchar los gustos de una clase media, más exigente con la calidad, la seguridad, el aspecto y las prestaciones de sus adquisiciones, en una década en la que continuaba el ascenso económico general en Europa. Teniendo en cuenta todo esto, Renault dio un gran paso, creando un segundo Scenic completamente nuevo y mejor en todo lo que sus usuarios demandaban: ser más estable y más ágil, más espacioso, más tecnológico, más confortable y seguro, y tener un aspecto más dinámico y más premium, que fuera “más coche”.
Este Scenic contó con un nuevo chasis más rígido con el que fue primero de su segmento en recibir 5 estrellas EuroNCAP (un especie de estándar de seguridad); más ancho y con mayores recorridos de suspensión, mejorando así enormemente la estabilidad y confort de rodadura; más largo y con mayor distancia entre ejes, apareciendo Renault Grand Scenic de 7 plazas en 2004, algo que necesitaban muchas familias. Scenic superaba ya en todas sus dimensiones excepto en altura, al Renault Espace de 1984, algo muy indicativo del crecimiento del segmento medio de turismos.
el reto continúa
2009 es el año en que se estrena la película Avatar de James Cameron, la más taquillera de la historia. Un éxito que contrasta con la recesión económica que se vive a nivel mundial y la incipiente preocupación por el medioambiente. Renault, sumergido en el reto de seguir proponiendo una evolución en sus vehículos acorde a los tiempos, lanza Scenic III con un aspecto discreto estilizado y suave. En su silueta además se observaba diferenciación del volumen del motor y el del habitáculo, resultando un aspecto a medio camino entre un break alto y un monovolumen
La evolución técnica del modelo siguió en general en la misma línea de la generación precedente: plataforma aumentada y mayor rigidez y seguridad de carrocería; sus cualidades dinámicas mejoraron aún más, pero lo más destacable fue la introducción de los motores “downsized”, con una apreciable bajada de consumo que obedecían a una mayor demanda de ahorro energético y menores emisiones.
buscando lo mejor de dos mundos
La década de 2010 avanzaba después de unos primeros años marcados con movimientos sociales como el 15M o la Primavera Árabe. Nos detenemos en 2016, un año en el que el Brexit triunfa, Trump gana las elecciones en Estados Unidos y, por primera vez en la historia, se celebran unos Juegos Olímpicos en Sudamérica (Río, 2016).
En la industria automovilística, los SUV quitan protagonismo a los monovolúmenes en las listas de ventas, en muchos casos compitiendo por el mismo tipo de usuario. Aunque el monovolumen aún seguía siendo el coche familiar por excelencia, con sus ventajas indudables de espacio y modularidad, la estética SUV se habría paso de manera imparable en el mercado.
Renault tomaba nota y para la siguiente generación del Scenic utilizó algunos ingredientes del SUV y los aplicó al monovolumen: mayor altura al suelo, bajos de color negro, embellecedores laterales que recuerdan a estribos, y ruedas de enorme diámetro que, junto con un look muy aerodinámico, creó el Scenic más atractivo de la saga.
Renault ofrecía entonces al público un vehículo excepcional, fruto de una larga y acertada evolución; una inmejorable combinación entre estética atractiva y deportiva, un espacio y tecnología inéditos en su segmento, con un dinamismo de conducción incuestionable y una imagen original e innovadora de monovolumen-sport. Pero como dijo en su momento el CEO de Renault, Luca de Meo, “no ganamos dinero con eso. Este segmento está en declive”… ya estaba todo dicho.
2024: el ciclo se cierra
La 5ª generación que se lanza en 2024, hace esta lectura de los deseos del público de hoy:
“quiero un SUV, me gustaría tener un eléctrico, pero necesito un coche familiar con el que pueda viajar”.
Como ocurrió con la primera versión, Renault Scenic E-Tech 100% eléctrico es premiado como mejor Coche del Año en Europa. Sin duda un reconocimiento que valora todo el legado de innovación de la marca y el trabajo de tantos años que ha dejado poso en este último modelo.
No hay duda, el aspecto y cualidades de un SUV encajan con un tiempo pospandémico en el que predomina un estilo de vida saludable, donde practicamos deporte y adoramos las escapadas a entornos naturales para buscar experiencias más genuinas. Los vehículos en esta época deben conectar con esta idea de vida activa y saludable. No en vano, una más acertada traducción de las siglas SUV (Sport Utility Wagon) puede ser algo así: vehículo práctico para gente activa.
Así que, Renault Scenic quiere seguir siendo el mejor coche familiar pero deportivo, todocamino y ecológico, y se ha convertido en un espacioso SUV compacto y 100% eléctrico.
Renault Scenic E-Tech 100% eléctrico aprovecha de forma sobresaliente las ventajas de no tener motor de combustión, para construir un coche grande por dentro, ganando el espacio donde antes estaba el motor, caja de cambios y escape, ofreciendo una longitud en el habitáculo inalcanzable para un compacto de 4,50 m con motor de combustión (un espacio para las piernas de los pasajeros de récord lo atestigua). Este espacio ganado junto al bajo espesor de sus baterías alojadas en el piso, permiten reducir la altura de su silueta, consiguiendo una línea muy estilizada con un maletero de gran volúmen.
En su primera versión 100% eléctrica, este Scenic ya es un aventajado en los principales puntos de mejora de los eléctricos, ofreciendo recarga de 150 Kw (recupera hasta 335 km de autonomía en media hora) y hasta 87 Kwh de capacidad, que conllevan 625 km de autonomía WLTP. Pero las prestaciones relacionadas con un menor impacto medioambiental no acaban aquí, ya que está fabricado con el 25% de materiales reciclados y es en su conjunto un 90% reciclable en caso de achatarramiento, batería incluida.
Si miramos 27 años atrás, nuestras vidas han cambiado asombrosamente. La tecnología ha transformado nuestra forma de entender el mundo y de mirarnos a nosotros mismos: ahora tenemos facetas tan diversas en la vida que nos hacen más difícil encasillarnos. En paralelo, Renault se ha atrevido en cada generación de su coche más familiar a ir más allá de lo necesario y de lo esperado, pudiéndose calificar de cualquier cosa menos de continuista, hasta llegar a un coche 100% eléctrico con una tecnología innovadora adaptada a la altura de nuestros tiempos.
