Trucos y Consejos
27/7/2023
Las calles son un entorno complejo. Conviven vehículos de todo tipo con aquellos que se cruzan en su camino. Otros vehículos, sí, pero también peatones, deportistas, personas con discapacidad, niños, etcétera. Unos y otros deben respetarse, haciendo de la seguridad vial en grandes ciudades algo prioritario.
Pero, ¿cuáles son las claves de la movilidad urbana segura? Las analizamos desde la perspectiva de Human First, el programa que Renault ha puesto en marcha con el objetivo de reducir el número de accidentes y su gravedad.
Ahora mismo, en cualquier ciudad española, un conductor está frenando porque ha alcanzado a una bicicleta que va delante de él. Ahora mismo, en cualquier ciudad española, un peatón se ha detenido en un paso de cebra porque no estaba seguro si un motorista iba a parar si cruzaba.
Es evidente que buena parte de la problemática sobre la seguridad vial en grandes ciudades radica en la diferencia de velocidades y masas de los diferentes modos de transporte. Un autobús urbano puede contener una masa de unas 16 toneladas, frente a las 0,06 toneladas de una persona media, mucho menos si hablamos de niños. Es obvio que cualquier tipo de interacción del primero hacia el segundo supone un riesgo, y también es el motivo por el cual los autobuses no se suben a la acera.
La acera es un “carril” seguro para los peatones, con frecuencia elevado para evitar accidentes y, al mismo tiempo, para facilitar la subida a cualquier vehículo. Por eso tampoco circulan sobre ella —o al menos no deberían— el resto de modos, como la bicicleta o el vehículo de movilidad personal (VMP). Limitada su velocidad, ambos vehículos pueden circular por un carril específico para su masa y velocidad. Y, de hecho, tender carriles bici protegidos es seguro para todos los usuarios de la vía: peatones, ciclistas y conductores. Pero, ¿qué pasa con los puntos de encuentro? ¿Qué pasa con las intersecciones?
"Las intersecciones y cruces requieren especial atención, ya que en ellas se concentran la mayoría de los accidentes y suelen ser los puntos más conflictivos", dice la Guía de recomendaciones para el diseño de infraestructura ciclista de España. Es en estos puntos en los que una tecnología como el aviso de ángulos muertos, que incluyen los sistemas avanzados de asistencia a la conducción, cobran especial importancia.
La seguridad, señala el ingeniero civil Charles L. Marohn, Jr en su bestseller ‘Confessions of a recovering engineer’ (2021), es el factor primario elegido por la ciudadanía a la hora de valorar la infraestructura. En esta, las intersecciones son sin lugar a dudas el punto crítico.
Aunque existen formas muy optimizadas de diseñar un cruce, como los que no tienen semáforos en Ámsterdam (que son seguros por sus muy bajas velocidades sin importar el modo), la realidad es que hasta que el resto del mundo adopte este tipo de movilidad inteligente seguirá siendo imperativo cierto tipo de medidas.
Para aumentar la seguridad para peatones a la hora de cruzar, tanto el Reglamento General de Circulación como la DGT insisten en las normas de seguridad vial en grandes ciudades para peatones:
Como conductores de cualquier tipo de vehículo, e independientemente de la señalética o la prioridad, es necesario estar más atentos, reducir la velocidad y ser más cuidadosos en las interacciones.
Después de todo, una persona mayor que empezase a cruzar en verde puede encontrarse aún en mitad de la vía cuando su semáforo peatonal cambie a rojo, por poner un ejemplo. En este caso, la preferencia del disco verde para el vehículo resulta poco relevante.
Durante los últimos años, los turismos han ido añadiendo salvaguardias para proteger la seguridad de los colectivos más vulnerables de las vías urbanas, como es el caso de la ayuda frenada de emergencia asistida en caso de próxima colisión frontal o trasera.
Estos mecanismos, que se denominan sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS), suplen elementos como distracciones puntuales, ángulos muertos o comportamientos no predecibles por parte de usuarios como los peatones. Como parte del programa Human First de Renault, como marca se pone el foco en los usuarios más vulnerables de la vía en el diseño de estas salvaguardias.
Los vehículos de movilidad personal (VMP) han entrado con fuerza en las ciudades. Por ejemplo, el uso de la bicicleta está en auge por su bajo coste e impacto ambiental. Sin embargo, su bajo peso y volumen relativos, al comparar con otros modos de transporte, no deben hacernos bajar la guardia.
Son escasas por la baja velocidad de estos vehículos, pero existen las colisiones con usuarios aún más vulnerables, como son los peatones. Ciclistas y usuarios de VMP han de extremar el cuidado con el que circulan, respetando las normas de circulación.
La tecnología también juega un importante papel para la seguridad de estos usuarios de la vía, que a menudo comparten infraestructura con los coches. Tecnologías como el regulador de velocidad, para evitar superar la velocidad legal, o la cámara de visión trasera, que permite dar marcha atrás de forma segura, son claves en este aspecto.
En el interior de un vehículo como el autobús o el tranvía, y según la velocidad que alcance, la bicicleta o el patinete pueden convertirse desde una molestia para otros pasajeros a un peligro ante frenadas bruscas, ya que puede comportarse como un proyectil.
Como se subraya desde el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la intermodalidad (bici-autobús-bici, por poner un ejemplo) se asocia con servicios altamente demandados que, a menudo, se solucionan con soluciones como portabicicletas o áreas específicas para almacenar estos vehículos durante el trayecto. Sin estos elementos, se desaconseja la intermodalidad y en la mayoría de ocasiones
Únicamente los peatones, los usuarios de transporte público y los acompañantes en transporte privado pueden hacer uso de auriculares.
Aquella persona que conduzca un vehículo (cualquier vehículo) necesita prestar la máxima atención.
Para los conductores de turismos, esto es importante en todos los aspectos de la conducción, tanto en autopista como en carretera, circulación dentro de un municipio o aparcamiento. Pero es en este último en el que, con frecuencia, bajamos el volumen de la radio para concentrarnos en cualquier sonido.
O al menos lo hacíamos hasta la aparición de los sistemas inteligentes de asistencia a la conducción, como la ayuda al aparcamiento delantero, lateral y trasero, la presencia de una cámara 3D, una de visión trasera o el Full Park Assist, elementos destacados del programa Human First por su especial cuidado con los usuarios vulnerables durante el aparcamiento.
Sin ánimo de despreocuparnos de nuestra propia integridad física o de las normas de seguridad vial para peatones, sí es cierto que el volumen de herramientas de seguridad y tecnología de protección es cada vez más elevado. En el caso de Renault, hasta 32 sistemas inteligentes de asistencia a la conducción, más de 60 equipos de seguridad y más de 2000 patentes registradas sobre seguridad protegen a los ocupantes de la cabina y al entorno.
Las ciudades se desplazan hacia espacios inclusivos y seguros en los que incluso se suple el error humano y el fallo de los sistemas, creando un lugar protegido (como cuando el ascensor que se queda sin electricidad activa sus frenos de emergencia), en los que las movilidades más vulnerables, como peatones, ciclistas, motoristas, etcétera, están a salvo.