Tecno y Tendencias
11/12/2024
Cuando hablamos de la evolución de los coches, los accesorios innovadores suelen sorprendernos. Muchas veces, ni siquiera nos planteamos si los necesitamos, y nos cuesta ver su verdadero valor. Sin embargo, con el tiempo, algunas de estas innovaciones se convierten en elementos esenciales que no podríamos imaginar sin ellos, como los elevalunas eléctricos, la dirección asistida o el climatizador.
Renault, siempre a la vanguardia de la tecnología, ha sido pionera en este tipo de avances, introduciendo soluciones que no solo facilitan la conducción, sino que también mejoran la seguridad, el confort y la eficiencia de nuestros vehículos.
Un gran ejemplo es su contribución al cambio de paradigma de lo que entendemos “llaves del coche”. Hoy en día es raro abrir las puertas de un coche con una llave física, tanto que muchos tendríamos que consultar el manual para hacerlo. Pues bien, fue Renault quien lanzó el primer coche con mando a distancia para desbloquear las puertas del carismático y futurista coupé Renault Fuego de 1984. Años más tarde, daría otro gran paso, haciendo aún más fácil la apertura del coche. Veamos su historia.
¿Cuántas veces hemos perdido tiempo buscando las llaves del coche? O incluso, cuántas veces las hemos dado por perdidas cuando en realidad estaban en el fondo del bolso o en otro bolsillo. Con la tarjeta manos libres, Renault revolucionó el concepto de “llave”, haciendo que el coche desbloqueara sus puertas automáticamente solo con acercarnos a él. Una idea sencilla a primera vista, pero que requería una compleja tecnología. ¿Cuál fue el resultado? Un avance innovador que no solo se ha quedado en los modelos sucesivos de Renault, sino que hoy en día es un estándar que la mayoría de las marcas han adoptado.
La historia de la tarjeta manos libres de Renault comenzó hace 24 años con el lanzamiento de la segunda generación del Renault Laguna II. Este modelo fue un adelantado a su tiempo, con una calificación de cinco estrellas en las pruebas de choque de EuroNCAP y tecnologías avanzadas que se reservaban a coches de lujo, como el limpiaparabrisas automático o el control de presión de los neumáticos. Sin embargo, Renault quería dotar al Laguna de un plus tecnológico y fue entonces cuando Bernard Dumondel, jefe de producto de Laguna II, tuvo la idea de sustituir la llave tradicional por una tarjeta sin contacto, inspirándose en las llaves magnéticas de los hoteles. Así nació el concepto de la tarjeta manos libres. El reto era claro: crear un coche sin llaves físicas.
Bernard Dumondel
Desarrollar la tarjeta manos libres no fue tarea fácil. Según Renault, “fue un reto tremendo” que implicaba riesgos. Para comenzar, se realizaron más de 6.000 consultas a clientes acerca de sus hábitos y expectativas, a partir de aquí, se haría una hoja de ruta para desarrollar la nueva patente. Pero en el camino se encontraron problemas, lo que dio lugar a nuevas iteraciones que evitaban, por ejemplo, que las luces de neón de los aparcamientos alteraran la señal de estas tarjetas.
El funcionamiento de la tarjeta manos libres es bastante sencillo: cuando te acercas al coche, unos sensores dentro del vehículo detectan la tarjeta, que emite una señal con un código de acceso. Si el coche reconoce ese código, las puertas se desbloquean, todo en cuestión de milésimas. Cuando te alejas del coche, un sistema dentro del vehículo sigue comprobando si la tarjeta sigue cerca. Si deja de recibir la señal de la tarjeta, automáticamente bloquea las puertas.
Pero los ingenieros también tuvieron que superar dificultades como la estanqueidad (para que la tarjeta resistiera un lavado en la lavadora), alta resistencia mecánica (para soportar el peso cuando se guardara en el bolsillo trasero de los pantalones) y la inteligencia del sistema, que debía evitar bloqueos innecesarios cuando el conductor estuviera cerca del coche, pero no pretendía entrar, como al lavarlo.
Además, Renault permitió configurar hasta cuatro tarjetas por vehículo, lo que posibilitaba que varias personas pudieran tener acceso personalizado al coche (ajustes del asiento, radio, climatización, etc.), convirtiendo la tarjeta en algo así como una “tarjeta de identidad” del coche, que también almacenaba datos como el número de serie, matrícula, kilometraje o presión de los neumáticos.
Renault siempre ha buscado innovar y, tras el lanzamiento del Laguna, decidió extender la revolucionaria tarjeta manos libres al resto de su gama de vehículos. Esta tarjeta, que comenzó como un accesorio opcional, no solo evolucionó estéticamente, sino también en funcionalidad, marcando un antes y un después en la interacción entre conductor y coche.
En 2001, con el Renault Laguna II, la tarjeta manos libres debutó como una opción práctica. Permitía abrir las puertas pulsando un botón en la maneta, pero aún había que insertarla en una ranura de la consola para arrancar el motor, un gesto que recordaba a las llaves tradicionales, pero ya mostraba el camino hacia la modernidad.
Para 2007, el Renault Laguna dio un paso adelante en comodidad. Ahora bastaba con tocar el tirador de la puerta para desbloquear el coche, y el motor arrancaba sin necesidad de insertar la tarjeta. El sistema parecía anticiparse al deseo de los conductores por mayor simplicidad y eficiencia.
En 2015, el Renault Espace V sorprendió con una versión más sofisticada de la tarjeta manos libres, que añadía un toque de teatralidad. Al acercarse al coche, una secuencia luminosa y sonora daba la bienvenida al conductor, elevando la experiencia cotidiana a un nivel más emocionante.
Llegó 2019, y la tarjeta manos libres alcanzó su verdadera esencia. Los vehículos de Renault podían desbloquearse automáticamente con la cercanía del conductor, y bloquearse al alejarse, eliminando por completo la necesidad de interacción física.
Finalmente, en 2022, Renault Megane E-Tech eléctrico presentó la versión más avanzada de la tarjeta hasta la fecha. Con su tecnología de detección a 360º, el coche reconoce al conductor desde varios metros de distancia. Se activa la secuencia de bienvenida: luces que parpadean, manetas de las puertas y espejos que se despliegan e incluso el logo de Renault proyectado en el suelo. Al estar a un metro de la puerta, el coche se desbloquea automáticamente. Al alejarse, una secuencia de despedida igual de elaborada marca el final del encuentro. Es la culminación de años de evolución, donde tecnología y diseño se unen para redefinir el significado de "manos libres".
Además, la tarjeta de última generación sigue incorporando una llave mecánica para situaciones excepcionales y refuerza la seguridad con constantes actualizaciones.
En 1968 Renault 4 incorporaba un portón trasero (quinta puerta) que permitía un fácil acceso a la carga. Algo tan “lógico” y que hoy asumimos como normal partía de la visión innovadora de la marca que buscaba siempre hacer de sus modelos, y especialmente este, coches polivalentes y versátiles para conductores con diferentes necesidades.
La sustitución de la llave tradicional por una tarjeta sin contacto, es ejemplo de otro avance innovador que se normaliza, fusionando tecnología y comodidad casi de manera invisible. Renault, al ser pionera en estos avances, ha demostrado cómo una innovación puede cambiar nuestra relación con el automóvil y la forma en que interactuamos con él. Lo que en sus inicios parecía un lujo o una rareza, se ha convertido hoy en una necesidad para muchos conductores, quienes ya no cuestionan la tecnología que les facilita la vida a bordo del coche.
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