Actualidad
6/6/2024
Corría el año 1999, y el primer capítulo de la undécima temporada de Los Simpson mostraba a la familia sumergiendo un coche eléctrico en el mar. Como consecuencia de este disparate, este salía ardiendo. Más de dos décadas después, tras el paso del huracán Idalia a través de Florida, que sumergió dos vehículos eléctricos en agua marina durante horas, estos ardieron. ¿Es algo común? ¿Cuál es el riesgo de que un coche eléctrico arda? ¿Son más peligrosos los coches eléctricos?
Uno de los mitos es que se incendian más que los vehículos térmicos, cuando lo cierto es que son igual de frecuentes o incluso menos frecuentes que los incendios en coches térmicos, según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), que en 2017 elaboró un concienzudo informe sobre este asunto.
Tras aquel reporte, la Agencia Sueca de Contingencias Civiles (The Myndigheten för Samhällsskydd och Beredskap, MSB) realizó un estudio de 2018 a 2023 para investigar el asunto a fondo, descubriendo que, a medida que fue avanzando la tecnología de baterías de coches eléctricos, estos eran más seguros. Se incendiaban menos que los vehículos de combustión. Llama la atención cómo «en algunos casos, la batería probablemente no desempeñó ningún papel en el incendio, más allá de la incertidumbre y la necesidad de evacuación de riesgos que la presencia de baterías supuso para los servicios de emergencia».
Entonces, ¿de dónde viene el mito? ¿Por qué el miedo? Probablemente, por la novedad de los vehículos eléctricos y por la dificultad de extinguir el fuego que genera. No todos los fuegos son iguales. Existe el fuego por materiales combustibles sólidos (clase A), por líquidos inflamables o combustibles (B), equipos eléctricos energizados (C), metales combustibles (D) y aceites y grasas (K).
El fuego eléctrico tiene sus particularidades tanto en su aparición como en su extinción. Tal y como recoge la OCU, «una vez que se ha producido el incendio de un coche eléctrico, sí es verdad que resulta más complicado de apagar que si arde un vehículo de gasolina o gasoil. Los bomberos deben aplicar protocolos distintos y se tarda más tiempo en poder extinguir totalmente el fuego». De hecho, parte de la histeria mediática tras el huracán Idalia en 2023 nace de que las fuerzas de seguridad no contaban con las herramientas para extinguir este tipo de incendios. Los regaban con hidrantes clásicos y las baterías seguían ardiendo. Ahora ya existen protocolos y formación específica. Algo parecido ocurrió con la masificación de los coches térmicos, que durante sus primeras décadas arrasaron edificios completos debido a sus explosiones, que arrojaban combustible sobre entramados de madera. Y un siglo antes con los trenes de carbón.
La realidad es que los coches eléctricos son tan o más seguros que los coches térmicos, y que esa diferencia en seguridad irá aumentando con el tiempo a medida que se diseñen baterías menos propensas a un error, diseños que eviten incendios por colisiones, mecanismos de detección de condiciones pre-incendio más sofisticados, dispositivos de auto-extinción antes y después del conato, sistemas de aviso, bomberos con más herramientas tanto materiales como de formación, etc. Pero, exactamente, ¿cuál es el riesgo de incendio en coches eléctricos?
El riesgo de un evento posible siempre es superior a cero, y el riesgo de incendio de un aparato eléctrico es una posibilidad que hay que contemplar. Principalmente, como se verá más adelante, para prevenir situaciones peligrosas. Pero, ¿qué es el riesgo?
El riesgo (de que ocurra algo) es el múltiplo de factores como la Amenaza, la Vulnerabilidad y la Exposición:
El riesgo de que el coche eléctrico se incendie es extraordinariamente bajo, pero no nulo, y exige que se cumplan ciertas condiciones que aumenten las posibilidades. Condiciones que deben ser evitadas.
¿Qué se puede hacer para evitar los incendios en coches eléctricos? Minimizar todos los factores de riesgo, empezando por:
Como ya se ha mencionado antes, cuando ocurra un evento de tipo incendio eléctrico se abren dos escenarios. Si se tiene un mínimo de formación en extinción de estos incendios, EPIs y equipación adecuada, es posible abordar la situación de extinción del conato. Pero si el fuego se ha extendido, la medida estrella es ponerse a salvo a uno mismo y a los demás, y llamar a los servicios de emergencias. Ellos son los que cuentan con la capacidad técnica para hacer frente al fuego.