se puede cargar un coche eléctrico mientras llueve

En este artículo encontrarás:

• ¿es seguro cargar un coche eléctrico con lluvia?
• ¿puedo enchufar el coche eléctrico si está lloviendo?
• ¿puedo causar daños a la batería?
• ¿es seguro cargarlo durante una tormenta eléctrica?
• así es la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) BT 52
• consejos para cargar el coche eléctrico con lluvia

La electricidad y el agua no se llevan bien cuando se estudian desde la perspectiva de la seguridad. Es el motivo por el que se desalojan las piscinas si hay tormenta o por el que las tuberías de agua han de alejarse de los conductos eléctricos. Bajo esa generalidad, la pregunta «¿Puedo cargar el coche eléctrico mientras llueve?» es totalmente legítima. La lluvia, después de todo, es conductora de la electricidad. ¿No? Sí, lo es, pero cargar un coche eléctrico bajo la lluvia cuenta con tantas garantías de seguridad como hacerlo en un día soleado.

Es importante empezar con el hecho de que cargar un coche eléctrico mientras llueve es completamente seguro debido a la forma en la que la tecnología se ha diseñado para maximizar la protección al usuario. En primer lugar, los conectores estandarizados (como el Mennekes, el estándar europeo para recargas tanto a domicilio como en espacios públicos) son estancos. Significa que si se conecta la manguera de carga al vehículo y cae la tormenta del siglo, las conexiones eléctricas no se mojarán.

De hecho, tanto la toma de contacto del coche como la del cable, como la de la pared, suelen contar con protecciones físicas que cubren las conexiones de elementos como el agua, el polvo, la humedad, cualquier resto de suciedad, etc. Como se verá más adelante, es altamente recomendable usar estas coberturas tanto por mantenimiento como por seguridad.

Cuando llueve, el agua se desliza por el exterior del cable y no supone ningún problema para la toma eléctrica o el proceso de carga. De hecho, ocurre algo interesante: la lluvia suele bajar la temperatura local y facilita que el vehículo despeje el calor generado al cargar la batería, por lo que a menudo la eficiencia del proceso aumenta. Es como una refrigeración natural.

¿Qué ocurre si existe algún defecto en el aislamiento o si hay demasiada humedad en el contacto? Los errores ocurren, y para evitar sus daños hay una serie de protocolos de seguridad eléctrica que evitan el inicio de la carga si hay algún problema. Dicho de otra forma, por el cable no va a circular un elevado voltaje si el sistema de carga no da la aprobación. Esto pasa a veces cuando no se coloca bien el cable y se deja suelto, sin meterlo del todo en la clavija: para evitar un arco eléctrico, el sistema no carga hasta que la manguera no se coloque de forma correcta.

Hay un principio fundamental de las instalaciones eléctricas que no exige tecnología muy avanzada: ante el riesgo de malfuncionamiento, electrocución o derivaciones, el interruptor se apaga. Esto no solo funciona en los coches o vehículos eléctricos en general, sino que está implantado en todas las viviendas. Muchos de los casos en los que "saltan los plomos" de casa es debido a este tipo de problemas: la instalación detecta una fuga en el circuito, y apaga el sistema.

Los cargadores de los coches eléctricos, incluso las instalaciones más simples que sacan un cable del cuadro general de la casa, cuentan con estas medidas de protección que tienen como objetivo evitar que una persona se exponga a la electricidad. Así, en el caso de que se intente usar un cargador roto o demasiado expuesto al agua se escuchará un 'clic' mecánico o electro-mecánico. En esencia, es un disyuntor que corta el circuito para que deje de pasar la electricidad.

Este principio de seguridad inutiliza la instalación si esta va a resultar peligrosa y responde a la política de bloqueo de seguridad. De hecho, no es muy diferente a como las bombas de combustible de una gasolinera cortan y sellan el circuito ante la detección de pérdidas, altas temperaturas o sobrepresiones. La tecnología se diseña para evitar que el usuario sufra daño.

Una preocupación relativamente frecuente es la de qué le pasa a la batería si llueve. La respuesta es que no le ocurre nada. Las baterías están aisladas y soportan los estándares de protección IP más exigentes que existen en condiciones de lluvia o tormentas de arena. Sí existe riesgo de dañar la batería si el vehículo queda sumergido en el agua durante bastante tiempo, especialmente si el agua es salada, pero no si simplemente se moja con lluvia, por muy abundante que esta sea.

Las tormentas eléctricas son un tipo de fenómeno atmosférico que conviene estudiar en detalle por los riesgos asociados. A saber, tiene dos:

1. Que el coche o la instalación sea alcanzado por un rayo. Es muy raro que los vehículos sean alcanzados por rayos porque para eso hace falta que el vehículo primero haga contacto eléctrico con el suelo, y todos los vehículos usan neumáticos aislantes. El riesgo baja aún más si en las proximidades hay elementos altos conductores, como árboles, edificios o edificios con pararayos. Podría llegar a ser peligroso cargar el coche eléctrico en la parte alta de un monte que no tenga nada alrededor, una circunstancia ya de por sí atípica, pero incluso entonces el suelo hará de punto de contacto.
2. Algo que sí es frecuente durante una tormenta eléctrica es que haya sobretensiones en la red. Es por ello que se desaconseja mantener encendidos y a veces conectados los aparatos eléctricos, especialmente si no disponen de protecciones significativas. Los coches eléctricos y los cargadores sí cuentan con estas protecciones, lo que hace que el coche se desconecte de la red antes de que se dañen sus componentes. Podría ocurrir que dejase de cargar si se va la red eléctrica, algo no frecuente.
   

Como curiosidad, los coches actúan como jaulas de Faraday, aislándote de las corrientes eléctricas. Si están cayendo rayos cerca o hay cables sueltos, se aconseja no salir del vehículo ni tocar su exterior metálico. Uno de los lugares más seguros para pasar una tormenta eléctricas es el interior de un vehículo.

En España existe una normativa específica, en forma de instrucción técnica, para regular la forma en la que se instalan los cargadores de vehículos eléctricos. Su correspondiente guía de ayuda a la instalación y configuración del sistema permite que cualquier electricista sepa bajo qué condiciones de seguridad se han de instalar estos módulos. Esta normativa es complementaria al reglamento básico de electricidad, por lo que cuenta con aquellas protecciones más otras adicionales.

Así y todo, con todas las protecciones, los diseños seguros, los materiales de buena calidad y las guías de instalación, nunca está de más hacerse a una serie de hábitos que maximizarán la vida útil de la instalación, el cable y el vehículo eléctrico; evitarán pérdidas de energía que cuestan un dinero o pueden deteriorar algún componente; y pueden ocasionar alguna vulnerabilidad de seguridad. Algunos de los consejos para cargar el coche eléctrico con lluvia son:

1. Conectar en primer lugar el cable al punto de recarga y después al coche. De esa forma permitiremos que cada nivel de protección entre a trabajar en un momento diferente y consecutivo, y no los dos a la vez.
2. Asegurarse de que todo esté en buen estado. Una inspección visual suele ser suficiente. Hay que verificar que los pines no están doblados o quemados, o que la manguera no presenta deterioro.
3. Evitar el contacto directo con el agua. La lluvia no hace daño, pero sumergir el cable en agua no es nunca una buena idea. Lo ideal es alejar la toma de charcos o cualquier elemento que contenga agua.
4. La manguera no se deja en el suelo, sino en altura y si puede ser en un lugar seco. En el suelo es posible pisarla o que se ensucie, pero además estará más cerca de la humedad.

sobre el autor

Marcos Martínez

periodista especializado en motor