Trucos y Consejos
22/1/2025
¿Es más difícil conducir un híbrido que un coche con motor térmico convencional? ¿En qué cambia su manejo y mantenimiento? ¿Aportan más ventajas aparte del ahorro de combustible? Estas preguntas, sencillas como puedan ser para el conductor de un coche moderno, son frecuentes entre aquellos que, ante la instauración de las zonas de bajas emisiones o ZBE, apuestan por un vehículo más ecológico para poder seguir accediendo al centro de las ciudades, o simplemente para los que busquen un motor eficiente en su próximo coche.
Lo cierto es que, en la práctica, la conducción de un automóvil híbrido no varía en lo fundamental, pero sí hay algunos aspectos que pueden resultar novedosos y que contribuyen a mejorar tanto el confort como la seguridad en la marcha. Vamos a conocerlos.
Lo más importante a la hora de plantear los cambios recomendables en la conducción de un coche con asistencia eléctrica es definir qué es un coche híbrido. Generalmente, nos encontraremos ante tres posibles motorizaciones: MHEV (microhíbrido o mildhybrid), HEV (híbrido no enchufable o full hybrid) y PHEV (híbrido enchufable). Lo bueno es que los consejos de eficiencia y seguridad son para todas los mismos.
El proceso de arranque de un coche híbrido es igual de sencillo que el de cualquier otro automóvil. Una vez situado a los mandos, basta con pisar el pedal de freno y, con el cambio de marchas en punto muerto o posición neutra, pulsar el botón de arranque del vehículo.
Los coches híbridos normalmente arrancan en modo totalmente eléctrico, sin necesidad de utilizar el motor de combustión para iniciar el desplazamiento y siempre que disponga de batería de tracción suficiente. En caso de no tener, durante el recorrido el vehículo irá regenerando energía gracias a la desaceleración o la frenada, y se irá recargando la batería. La tracción eléctrica va activándose en momentos idóneos con el fin de optimizar al máximo el consumo de combustible.
Las motorizaciones híbridas ofrecen diferentes tipos de tracción dependiendo del modelo, las necesidades de la conducción y el estado de carga de la batería:
Como ya hemos adelantado, gracias a su sistema de frenada regenerativa, los coches híbridos son capaces de transformar la energía cinética del vehículo en electricidad durante los tramos de frenado, desaceleración y los descensos en cuesta, cuando en otras circunstancias se disiparía al ambiente en forma de calor. Esta electricidad es utilizada para cargar la batería del sistema híbrido.
Una conducción pausada, con frenadas progresivas y lentas, favorece una carga mucho más eficiente (y efectiva) de la batería.
La duración de la batería de un coche híbrido convencional es limitada, puesto que este tipo de vehículos buscan mejorar la eficiencia del motor térmico sin llegar a ser un motor totalmente eléctrico libre de emisiones. Los modelos híbridos enchufables, sin embargo, disponen de batería de mayor capacidad que hace posible realizar trayectos urbanos o incluso periurbanos más largos.
Dadas sus mayores dimensiones y prestaciones, estas baterías se cargan utilizando un enchufe o cargador externo estándar, exactamente igual que si fueran un vehículo eléctrico. Renault Rafale E-Tech 4x4 híbrido enchufable, por ejemplo, permite recorrer hasta 105 km en modo estrictamente eléctrico.
Los consejos de conducción son esencialmente los mismos que para un híbrido convencional, e igualmente son ideales para un uso eléctrico en la ciudad, solo que si se tiene en mente el poder recargarlo en algún punto, se extenderá la autonomía de su batería eléctrica. Hay que tener en cuenta que estos coches enchufables cuentan con distintivo CERO, teniendo más ventajas fiscales y de circulación (los convencionales cuentan con etiqueta ECO).
Conducir un coche híbrido no entraña una dificultad especial, pero algunos conductores pueden cometer los siguientes errores por falta de costumbre:
El mantenimiento de un coche híbrido no es más complicado que uno térmico. Aunque tiene elementos adicionales como una batería de alto voltaje o un motor eléctrico, esto lo compensa con un menor desgaste del motor eléctrico, al igual que los frenos, que se benefician del sistema regenerativo alargando su vida. Tampoco es especialmente caro, puesto que el ahorro en combustible supera ampliamente cualquier gasto añadido. Sin embargo, podemos realizar las siguientes recomendaciones:
Al margen de estas sencillas operaciones, que se pueden realizar sin mayor problema cualquier taller autorizado como parte del chequeo periódico, un vehículo híbrido no necesita más cuidados que uno con motor térmico.