Trucos y Consejos
3/12/2021
Si estás deseando comprar un vehículo eléctrico, pero todavía tienes dudas sobre qué tipo de carga es la que más te conviene utilizar, con qué frecuencia y a qué velocidad debes cargarlo, dónde vas a poder recargar cuando te vayas de viaje o, quizá lo que más te preocupa, cuánto te va a costar, … te damos todos los detalles sobre esas y otras cuestiones para ayudarte a tomar la decisión más acertada.
Lo más importante antes de tomar una decisión es saber si vas a poder contar con un cargador privado o vas a depender de puntos de carga pública.
Carga privada: lo más habitual es el enchufe doméstico tipo Schuko. Puede estar ubicado en una vivienda, en un emplazamiento de trabajo, … La carga suele durar varias horas. En este caso podemos optar por la instalación de un wallbox, que nos permitirá realizar cargas más rápidas.
Carga pública: debes investigar qué espacios con puntos de carga (como centros comerciales, supermercados, restaurantes y también lugares estratégicos para facilitar los viajes) tienes más próximos. Aunque el más común en este tipo de espacios es el conector CSS Combo, el cual se ha establecido como estándar en Europa, este tipo de carga puede ofrecer diferentes opciones en cuanto a conectores, precio y velocidad. En algunos casos, estos cargadores son totalmente gratuitos -como en los centros comerciales-, y en otros son operados por compañías que sí tienen un coste por kWh cargado y por potencia.
Lo ideal es contar con un cargador en tu plaza de garaje ya que te va a garantizar la carga necesaria para todo el día sin tener que preocuparte de buscar otro sitio para cargarlo. Además, es uno de los modos de carga más económicos dependiendo del tipo de contrato de electricidad: puede oscilar entre 0,50€ y 2€ cada 100 kilómetros.
La velocidad a la que cargue el vehículo va a depender no solo de la arquitectura de la estación de carga (o punto de carga doméstico), sino también del tamaño de la batería y su tecnología.
Cada vez hay mayor cantidad de puntos de carga rápidos que son capaces de proporcionar hasta 400 kW, aunque la potencia media que ofrecen está entre 50 kW y 150 kW.
Actualmente, el tiempo medio que es necesario invertir en cargar la batería es de unos 20-30 minutos para el 80% de la capacidad, aunque siempre dependerá de la tasa de carga del cargador y de la potencia máxima que admita el vehículo eléctrico. El momento de carga más lento se produce siempre en el último tramo de la capacidad de la batería.
Es aconsejable no realizar de forma habitual la carga del 80% al 100% para no dañar la batería y así prolongar su vida útil.
Aunque está establecido por la compañía propietaria de cada punto de carga, en general oscila entre los 0,20 €/kWh hasta los 0,80 €/kWh, dependiendo de la potencia de carga.
Existen casos en los que la compañía responsable de la red de carga realiza asociaciones con determinados fabricantes para ofrecer a los propietarios de vehículos de esa marca ciertas ventajas en el coste de carga.
También existen casos, dependiendo de la estrategia comercial del fabricante, en los que la carga es gratuita durante un periodo de tiempo o se aplican unos costes más ventajosos.
Como te indicábamos anteriormente, la forma más económica es a través de puntos de carga instalados en la propia vivienda, cuyo coste estará asociado al contrato de electricidad. A destacar que ya existen opciones específicas para la carga de coches eléctricos con precios por kWh muy ventajosos. Además, en España y gracias al Plan Moves III, que actualmente está disponible, al instalar y adquirir un punto de carga para tu vivienda podrás beneficiarte de una ayuda de hasta el 70% del coste, e incluso ascender hasta el 80% en municipios de menos 5.000 habitantes. Dependiendo de la Comunidad Autónoma, la gestión para solicitar la ayuda la podrá realizar la propia empresa instaladora o el propio beneficiado.
Si bien es cierto que no somos el país con mayor infraestructura de carga, se están dando pasos de gigante para corregirlo.
En la actualidad, contamos con más de 11.500 puntos de recarga públicos y se están llevando a cabo interesantes proyectos de creación de estaciones. Merece mención especial el “Proyecto CIRVE”, cuyo objetivo ha sido el despliegue de una red de 40 puntos de carga para conectar la Península con el resto de los países que conforman la Unión Europea.
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