Tecno y Tendencias
22/4/2025
Aunque al principio eran una opción minoritaria, dada la novedad de la tecnología, en la actualidad las motorizaciones híbridas disfrutan de tal popularidad que prácticamente se pueden considerar el estándar. Pese a ello, y aunque se trata de una tecnología de fiabilidad más que probada, son muchos los conductores sin experiencia previa que al valorar la adquisición de un nuevo automóvil se preguntan si dan problemas los coches híbridos.
La respuesta corta es que no, los coches híbridos no dan más problemas que el resto. La larga es un poco más compleja: cualquier problema que pueda registrar un coche híbrido atiende a una mecánica sensiblemente distinta al típico motor térmico, por lo que la naturaleza del fallo será diferente.
Los problemas que se achacan a los coches híbridos están esencialmente infundados, tanto los mecánicos como los relacionados con su aprovechamiento. Estos son algunos problemas comúnmente atribuidos a los coches híbridos y que no siempre se ajustan a la realidad:
La vida útil de la batería de un híbrido dependerá en gran medida de la intensidad del uso y cómo se realice la carga y la descarga. Tanto en los modelos de hibridación suave (mild hybrid) como en los de hibridación completa (full hybrid o FHV), la batería se carga automáticamente al circular el coche y se mantiene la mayor parte del tiempo en términos óptimos, de forma que la degradación es mínima.
Los híbridos enchufables o PHEV son un poco diferentes al permitir la carga mediante cable eléctrico. En estos casos, y exactamente como sucede con los eléctricos, se suele recomendar mantener una carga de batería constante de entre el 20% y el 80% para evitar la pérdida de capacidad a largo plazo.
Aunque no hay una métrica establecida, la vida útil de la batería de un híbrido convencional supera los 150.000 km, pero hay conductores que han llegado a superar los 300.000 km con la batería original. En cualquier caso, la garantía de Renault cubre este componente durante 8 años o 160.000 km, lo que llegue antes.
La batería asociada al motor eléctrico de un coche híbrido, sea de tipo suave o completo, se carga mediante la recuperación de energía en la frenada. Por tanto, es muy difícil que llegue a descargarse al completo.
Sin embargo, sí puede suceder que se descargue lo suficiente (sin llegar a un vacío completo) como para no permitir la activación del motor eléctrico, en cuyo caso el coche funcionará con normalidad, pero utilizando únicamente el motor térmico.
En el caso de los coches híbridos enchufables o PHEV, tal es el caso de Renault Rafale hyper hybrid E-Tech, sí es posible descargar por completo la batería debido a su labor de apoyo a la conducción en carretera. Para evitar esta situación Renault incorpora el modo E-SAVE, que mantiene una reserva del 40% para atravesar con mayor seguridad puertos de montaña.
Para evitar problemas en los coches híbridos, su cableado específico está especialmente reforzado. Todos los cables que unen el sistema de frenada regenerativa con la batería y el propio motor eléctrico son de un grosor mayor y están convenientemente aislados para protegerlos del frío y las vibraciones. También utilizan conexiones especialmente robustas.
Generalmente hablando, el cableado de un coche eléctrico no requiere más mantenimiento que un vistazo si corresponde durante la revisión rutinaria en el taller.
Los coches híbridos suelen pesar más que sus versiones estrictamente térmicas en virtud del uso de motores adicionales y una batería de alta densidad. Por este motivo, la inmensa mayoría de los híbridos poseen frenos y suspensiones con un tarado a juego con el incremento en la masa del vehículo, su reparto y las inercias que se pueden generar.
No por pesar algo más un híbrido frena menos o se siente más "rebotón" al atravesar imperfecciones en el firme. No hay mejor ejemplo de ello que Renault Espace E-Tech full hybrid, que brinda un confort de marcha muy superior a la media a pesar de su motorización híbrida.
Aunque hay marcas que establecen ciclos de revisión específicos para evitar problemas con sus coches híbridos, Renault está tan segura de la fiabilidad de su gama con asistencia eléctrica, que no hace una distinción como tal entre gamas.
Lo que mucha gente desconoce es que los coches híbridos, sean del tipo que sean, tienen una revisión más sencilla y económica que los térmicos. El uso de transmisiones automáticas evita la comprobación del embrague y el alternador es sustituido por un motor eléctrico con una fiabilidad muy superior. Unido al hecho de que el motor térmico se utiliza con mucha menor frecuencia, especialmente en los PHEV, en la práctica, son mecánicas incluso más robustas.
El único elemento que puede requerir un mayor mantenimiento en los híbridos es la sustitución de los neumáticos, algo que en cualquier caso se puede mitigar utilizando diseños específicos y de mayor durabilidad. El resto es básicamente similar a cualquier otro coche, y en cualquier caso, gracias a la tecnología de mantenimiento predictivo de Renault, el propio coche indica cuándo es necesario realizar cualquier revisión para asegurar su correcto funcionamiento.
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