Tecno y Tendencias
19/11/2024
En este artículo encontrarás:
Los sistemas avanzados de ayuda a la conducción, o ADAS, están revolucionando la forma en que conducimos. Su adopción no se detiene, y es que vienen respaldados por estudios científicos que demuestran que los coches con ADAS evitan el 40% de los siniestros viales, el 37% de las lesiones y el 29% de los fallecimientos en carretera.
Con ellos, no solo tú como conductor estarás más seguro, también todos los usuarios de la vía pública; porque en una situación peligrosa, desde peatones, ciclistas, hasta tus propios acompañantes, pueden verse afectados.
Sobre esta idea, Renault lleva trabajando desde hace años en el programa Human First, y sus vehículos incorporan no solo los ADAS obligatorios, sino otros añadidos que se sirven de tecnologías avanzadas como la IA y radares y que son una punta de lanza de lo que un futuro veremos con normalidad en todos los vehículos. Renault Rafale E-Tech hybrid es un ejemplo, con 32 ADAS de serie.
En este artículo vamos a explicar en qué consiste y cómo actúa uno de estos ADAS. Se trata de uno que en particular trabaja sobre el elemento crítico de la velocidad: es el asistente inteligente de velocidad, que ayuda a mantener el vehículo dentro de los límites permitidos.
El asistente de velocidad inteligente, abreviado como “ISA” por las siglas en inglés de Intelligent Speed Assistence, es una tecnología de asistencia a la conducción cuyo principal objetivo es ayudar al conductor a mantener la velocidad del vehículo dentro de los límites de velocidad máxima específica, es decir, la que aparece en las señales de tráfico junto a las calles y carreteras.
En esencia, el sistema ISA controla la velocidad a la que circula un coche y, más importante, la limita en función de las señales que indica la vía. Con frecuencia, los conductores nos distraemos y pasamos alguna señal por alto, o incluso habiéndola visto, nos influenciamos por las velocidades de otros coches de alrededor. Te habrá ocurrido, por ejemplo, en una autovía donde la velocidad máxima de 120 kilómetros por hora baja a 100 kilómetros por hora. Si varios vehículos incumplen esta norma, es fácil verse ‘presionado’ por la inercia del resto de coches a incumplir los límites, incluso de forma inconsciente.
El primer punto clave del sistema ISA es que funciona como sistema pasivo, es decir, quienes conducen no tienen que realizar ninguna maniobra para activarlo, sino que funciona siempre en paralelo a la conducción, lo que nos alivia mucho la demanda de atención como conductores porque es una cosa menos a la que prestar atención. De hecho, ISA nos informa mediante señales acústicas y luminosas de que su velocidad no es adecuada para la vía, de modo que solo demanda su atención si debe reducir la velocidad.
Para hacer esto, el sistema ISA está dotado de cámaras que ‘ven’ la carretera y una centralita en forma de ‘cerebro’ que ‘comprende’ qué señal hay dentro. Cuando una de estas señales es una R-301 en la que figuran múltiplos de 10 km/h, ISA entra en funcionamiento y compara la velocidad que lleva el coche con la velocidad que marca la señal.
En el caso de que el coche vaya a más velocidad que la que marca la señal, ISA avisa a quién conduce y, además, aumenta ligeramente la resistencia del pedal de aceleración, de modo que para el conductor resulta más cómodo levantar un poco el pie. Esta información acústica, sonora y háptica/táctil (el pedal), combinada, hace que nos resulte más fácil frenar que seguir acelerando, o incluso más fácil que mantener la velocidad.
Te preguntarás si esto puede llegar a ser incómodo o incluso invasivo, todo lo contrario: una característica clave de este sistema pasivo es que, como conductores, tendremos en todo momento el control del vehículo y seremos quien decide. Si por algún motivo crítico se conduce por encima de los límites de velocidad (por ejemplo porque la policía te escolta al hospital), el conductor puede incumplir estos límites. Sin embargo, ISA está pensada para que resulte poco cómodo o conveniente mantener esa velocidad. Sin obligar, ‘empuja’ al conductor a dejar de acelerar o frenar.
Veamos más al detalle cómo funciona este sistema. Cuando un conductor aumenta la velocidad por encima de lo que marca una señal, ISA avisa de la siguiente manera:
Ambos sistemas, táctil y gestión del motor, pueden anularse pulsando el acelerador.
Aunque no es recomendable, puede que te lo estés preguntando. La respuesta es sí, el sistema ISA puede ser anulado al igual que otros asistentes automatizados. Aunque por defecto está activo todas y cada una de las veces que se arranca el vehículo (aunque se haya desactivado previamente, se re-arma cada vez) es posible activarlo o desactivarlo manualmente mediante un botón. Además, como se ha mencionado antes, ISA no frena el vehículo, por lo que es posible pisar el acelerador para anularlo.
Ya hemos visto que el asistente inteligente de velocidad es uno de los ADAS más críticos al controlar algo tan esencial en la seguridad vial como la velocidad, por lo que lleva siendo obligatorio para todos los modelos homologados desde mayo de 2022. Posterior a esta normativa, hay otra más reciente de julio de 2024 que amplía a 10 el número de sistemas obligatorios. Es un paso importantísimo, ya que supone, aún más, la democratización de la seguridad vial a través de la tecnología.
Tal y como ha sido diseñado, el sistema ISA ayuda a conocer el límite de velocidad. Esto puede parecer poco, pero conduciendo, sabemos que hay múltiples motivos para distraernos y dejar de ser conscientes de la velocidad a la que circulamos. Ya sea porque vamos pensando en algo, porque nos distraen otros ocupantes o porque estamos haciendo una llamada, el mero hecho de saber que sobrepasamos el límite de velocidad es un gran beneficio, además de evitarnos multas.
Esto se traduce en una ventaja en materia de seguridad, porque cuando los conductores responsables saben que están poniendo su vida y la de otros en peligro, toman decisiones conscientes para evitarlo. En este caso, reducir la velocidad, que es uno de los mayores factores de riesgo de eventos no deseados como siniestros viales.
Además, dado que ayuda a mantener la velocidad constante y dentro de ciertos límites, el ISA ayuda a reducir el consumo de combustible, porque no hay nada que penalice más el consumo que acelerar. Aumentos de diez kilómetros por hora pueden suponer incrementos del 30% en el consumo de combustible o energía eléctrica, como ocurre en vehículos eléctricos e híbridos.
Por descontado, el asistente inteligente de velocidad hace algo crítico para la conducción: automatizar parte de ella, como buen ADAS que es. Uno de los puntos clave de esta tecnología es que permite que el conductor se centre en otros aspectos de la vía sabiendo que, en caso de pasarse de velocidad, será avisado. Esto, a todas luces, nos supone un alivio a la conducción y permite viajar de forma más relajada al liberarnos de una tarea más al volante.
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