Trucos y Consejos
8/8/2023
En este artículo encontrarás:
Quedan pocas dudas de que el vehículo eléctrico ha llegado para quedarse. Lo podemos comprobar en la excelente oferta de coches que han preparado los principales fabricantes del mercado.
Con ellos tenemos la posibilidad de acceder a una nueva movilidad, en la que las prestaciones y la autonomía no tienen nada que envidiar al mejor coche de combustión, e incluso ganamos en experiencia de conducción gracias a un confort de marcha superior.
Si en características y diseño los vehículos eléctricos son ya una alternativa para todo tipo de usos, solo podemos exigir una competitividad en los precios para elegir uno con batería cuando llega el momento de comprar. Por fortuna, los gobiernos han entendido que esto debía ser así y han apostado por apoyarnos con potentes ayudas económicas.
Es en la infraestructura de carga donde surgen más dudas para todos aquellos que están deseando dar el salto hacia una nueva generación de movilidad sostenible. Cómo vamos a cargar el vehículo en grandes trayectos es una de las principales dudas, en especial para aquellos que quieren hacer planes o escapadas eléctricas.
Salimos de nuestro espacio de confort, donde es más fácil identificar los puntos de carga disponibles, y aquí entran en juego las “electrolineras”, un pilar fundamental para que el vehículo eléctrico se pueda implantar de forma generalizada.
Quedan pocas dudas de que el vehículo eléctrico ha llegado para quedarse. Lo podemos comprobar en la excelente oferta de coches que han preparado los principales fabricantes del mercado.
Las electrolineras son estaciones de carga para vehículos eléctricos, también para aquellos híbridos que son enchufables. Tal y como ocurre con las gasolineras tradicionales, están instaladas en la vía pública, estratégicamente situadas para ser interesantes en trayectos, o para dar servicio en zonas de alta afluencia de vehículos.
El coste por kilómetro es mucho más bajo en un coche eléctrico, en especial si estamos suscritos a algún servicio de movilidad eléctrica.
La idea es que las electrolineras ofrezcan más de dos puntos de carga semirrápida y rápida, con los correspondientes cables y tomas compatibles. Tenemos que verlas como espacios de carga para diferentes vehículos al mismo tiempo.
También es cada vez más habitual que presenten —en la misma instalación o cerca— servicios adicionales a la recarga de energía. Hablamos de cafeterías, tiendas, zonas de descanso o aseos.
Ambos son puntos a los que acudir para llenar de energía nuestros vehículos. Por eso, podemos considerar a las electrogasolineras como gasolineras con puntos de recarga eléctrica, pero resulta interesante pararse a conocer algunas diferencias que encontramos entre ellas:
Se trata de instalaciones que pueden convivir perfectamente, de hecho podemos encontrar gasolineras con carga eléctrica que comparten infraestructuras con gasolineras tradicionales.
Queda claro que la electrolinera es una estación de carga para vehículos enchufables, tanto 100% eléctricos como híbridos. En lugar de los puntos de repostaje de una gasolinera tradicional, encontraremos estacionamientos con puntos de carga.
El proceso es sencillo, pero consume más tiempo. Basta con aproximar el coche al punto de carga y enchufar el conector compatible, como lo harías en una gasolinera. Tras realizar la recarga, habrá que pagar de la manera que sea posible: tarjeta de crédito o gestionar la operación a través de una aplicación, ya que lo habitual es que estas tomas de recarga rápida funcionen a través del autoservicio.
No tiene sentido que en una electrolinera haya puntos de carga lentos. Por eso encontraremos soluciones de carga semirrápida (22 kW), pero principalmente puntos que ofrecen más de 50 kW
Destacar que estas aplicaciones y servicios nos ofrecen funcionalidades extra, como localizar, reservar el espacio de carga o pagar con antelación. Los puntos de carga cuentan con sistemas de seguridad que impiden que una tercera persona los desenchufe.
Hemos tratado en profundidad las diferentes posibilidades de carga de los vehículos eléctricos, con niveles de potencia y tipos de cargador que nos permiten rellenar energías en cuestión de minutos, o bien realizar una carga más doméstica y tranquila. Como parece lógico, las electrolineras apuestan por la alta velocidad.
Hablamos de cargadores públicos, idealmente diseñados para usuarios que quieren realizar la recarga en trayectos en carretera. No tendría sentido que en una electrolinera hubiera puntos de carga lentos. Por eso nos vamos a encontrar soluciones de carga semirrápida (22 kW), pero principalmente puntos que ofrecen una potencia de más de 50 kW. Se consiguen gracias al uso de corriente continua trifásica.
Podemos presentar un buen ejemplo de sistema de carga rápida con el Megane E-Tech 100% eléctrico y sus 130 kW de potencia. En un cargador que llegue a este nivel, será posible realizar una carga completa del vehículo de Renault en una hora y quince minutos. Tiempo para rellenar la batería de 60 kWh y conseguir autonomía para 470 km.
También es interesante verlo desde el punto de vista del que necesita hacer una parada rápida. En cuestión de siete minutos podríamos añadir 50 km a la autonomía del Megane E-Tech 100% eléctrico.
El coste de recarga en una electrolinera o en cualquier otro punto de uso público que no sea gratuito, va a depender de la red que nos va a suministrar la electricidad, pero también de la velocidad que se va a disfrutar en el punto. Cuanto más alta sea la potencia de recarga, más alto será el precio.
Mobilize cobra 0,68 euros por kWh, cifra que puede bajar hasta los 0,35 euros por kWh si somos usuarios de Mobilize Intense, que supone una cuota de 9,99 euros al mes
Por fortuna, podemos asegurar que en ninguno de los casos el gasto será superior al de repostar un coche con combustible. Es otra de las ventajas que tenemos que otorgar a las electrolineras y sistemas de carga.
A la hora de comparar precios y conocer lo que realmente nos está costando la carga, la industria utiliza el gasto en euros por kWh. Como los precios cambian según la red de servicio, vamos a utilizar como ejemplo las tarifas que nos ofrece la tarjeta Mobilize charge pass, en su relación con la principal red de alta velocidad de nuestro territorio: IONITY.
Entonces, ¿cuánto cuesta recargar un coche eléctrico? Mobilize cobra 0,68 euros por kWh, cifra que puede bajar hasta los 0,35 euros por kWh si nos decidimos por Mobilize Intense, que supone una cuota de 9,99 euros al mes.
Viajar en coche eléctrico se ha convertido en una opción real gracias a una red de electrolineras que no para de expandirse por nuestro país. Podemos acceder a vehículos con un rango de autonomía similar al de un coche de combustión, por lo que nuestra preocupación más importante pasan a ser los puntos de carga a los que podemos acceder en cada momento.
Para hacer que sea más fácil encontrar las estaciones de carga que nos interesan, son muchas las compañías que están generando mapas de electrolineras de España. Fabricantes de vehículos eléctricos como Renault también nos facilitan la operación a través de su aplicación My Renault, que nos da acceso a las soluciones de recarga y el mapa con todas las estaciones de carga.
En búsqueda de la máxima comodidad, en vehículos como el Megane E-Tech 100% eléctrico es posible utilizar Google Maps para localizar los puntos de recarga en la carretera, un servicio que encontramos integrado en su sistema operativo y que seguro que viene bien.