Trucos y Consejos
26/11/2024
En este artículo encontrarás:
No hay excusas cuando estamos al volante. En cualquier situación, hay que permanecer alerta y extremar las precauciones, pero es una realidad que cuando llega la época fría del año pueden aparecer fenómenos meteorológicos más frecuentes que compliquen nuestra conducción.
Hablamos del otoño y del invierno, cuando las temperaturas son más bajas y días más cortos, pero también de los temporales de lluvia que normalmente aparecen con el final del verano. Por ello, resulta fundamental saber cómo actuar a la hora de emprender un viaje en carretera, siendo tan importante estar pendientes de nuestra conducción como del tráfico que nos rodea.
La experiencia en la conducción y los sistemas inteligentes de asistencia a la conducción (ADAS) que introducen fabricantes como Renault van a conseguir que nuestros trayectos sean mucho más seguros, pero siempre es importante tener presentes buenas prácticas ante situaciones con mal tiempo en carretera.
Ya sea un trayecto corto o un gran viaje, tenemos que interiorizar que nuestra experiencia de conducción comienza mucho antes de arrancar el vehículo. Debemos asegurarnos de que nos encontramos en las mejores condiciones para afrontarlo, que hemos planificado la ruta en diferentes niveles, y que el coche está al día en sus mantenimientos.
La tecnología actual nos permite consultar el estado del tiempo con facilidad y exactitud en la localización. Prestemos atención a las posibles alertas y, siempre que sea posible, evitemos viajar si las condiciones son extremas, o si simplemente no nos sentimos seguros.
En lo que respecta a la preparación de vehículo, hay una serie de elementos que es recomendable revisar antes de recorrer un solo metro en condiciones meteorológicas adversas. No por ser obvios son menos importantes:
Conducir con lluvia requiere atención adicional y ajustes en la forma de controlar el volante, los pedales y el cambio. La aparición del agua trae dos cosas negativas para nuestros intereses como conductores: reduce la adherencia al pavimento y disminuye la visibilidad.
Evitaremos pasar por encima de charcos, pero en el caso de que sea inevitable y la capa de agua produzca aquaplaning, los neumáticos van a perder contacto con el asfalto, por lo que deberemos sujetar el volante con firmeza, no aumentar la velocidad y esperar a que los neumáticos recuperen tracción.
La visibilidad limitada de la niebla reduce la capacidad para reaccionar ante los obstáculos que puedan aparecer, por lo que hay que conducir más despacio, dejar un espacio adicional entre vehículos para conseguir más tiempo para reaccionar, y evitar los adelantamientos. Hay otras consideraciones a tener en cuenta:
¿nos atrevemos a atravesar un cuerpo de agua?
En el caso de enfrentarnos a inundaciones, lo primero es evaluar la altura del agua. Depende mucho de cada vehículo, pero a una altura no muy superior a 30 centímetros pueden comenzar los problemas, como perder la tracción e incluso flotar.
Nunca deberíamos atravesar un cuerpo de agua a una velocidad superior a los 5 km/h, ya que se generan olas que reducen la visibilidad y cubren el vehículo. A una altura determinada, puede llegar a afectar a partes críticas del motor y este puede dejar de funcionar.
Si el agua se encuentra en movimiento, será muy peligroso atravesar un cauce superior a los 20 centímetros. Tampoco es recomendable cruzarlo en perpendicular al sentido que lleva el agua.
En el caso de estar en un coche que empieza a sumergirse, la dificultad para abrir las puertas será muy alta, por lo que lo más recomendable es bajar las ventanillas lo antes posible y escapar por ellas. También cabe la posibilidad de romperlas con algún objeto contundente o esperar a que el vehículo se vaya inundando, hasta que las presiones se igualen y cueste menos abrir las puertas. Para ello, deberás mantener la calma y esperar al momento adecuado.
En estos casos siempre es recomendable salir del coche, nunca quedarse dentro, aunque la sensación sea de más seguridad. Una vez fuera, intenta desplazarte hasta alcanzar un punto alto desde donde poder pedir ayuda.
La nieve y el hielo generan situaciones muy complejas para los conductores, que requieren de una experiencia previa para acometer el viaje con garantías. En ambos casos es recomendable el uso de marchas largas para evitar que las ruedas patinen, también es interesante seguir marcas creadas por otros vehículos.
En este escenario entran en escena las cadenas para neumáticos, que hay que llevar y saber colocar en carreteras señalizadas, además de no superar la velocidad marcada por el fabricante, que suele ser inferior a 50 km/h.
Habrá que quitar las cadenas con asfalto seco o mojado, para no dañar la superficie de la carretera, ni los neumáticos. Como alternativa a las cadenas, también es posible utilizar neumáticos de invierno.
En todas las condiciones que llevamos tratadas hasta el momento es vital no perder la concentración sobre la carretera. Ahí nos puede echar una mano un sistema head-up display como el que encontramos en Renault Austral E-Tech full hybrid: 9,3 pulgadas con información y alertas proyectadas justo donde debemos mantener la visión.
El viento puede no resultar un fenómeno tan amenazante, pero puede generar situaciones realmente complicadas en la conducción. Es usual en espacios abiertos o puentes, pero también es habitual de túneles y zonas montañosas.
Renault lleva más de medio siglo dedicándose a la seguridad y trabajando sin descanso para mejorar la protección pasiva de sus vehículos. A través de su programa «Human First Program», la marca se compromete a incrementar la seguridad vial de todos los usuarios.
Gracias a sus esfuerzos que se traducen en más de 2000 patentes registradas y la implementación de la última tecnología en ADAS, Renault Group ha logrado reducir en un 80 % el número de víctimas en las carreteras. Pero llegan nuevos retos con la democratización del coche eléctrico, entre los que encontramos la seguridad de las baterías en los accidentes.
Un avance a destacar en este sentido es Fireman Access, un sistema que facilita el «ahogamiento» de la batería de un vehículo eléctrico o híbrido enchufable en caso de incendio, permitiendo que los bomberos acaben con un problema que puede durar horas, en cuestión de minutos.
Otra novedad que podemos encontrar en todos los nuevos modelos es QRescue. Se trata de un código QR fijado de serie en los parabrisas delantero y trasero que permite a los servicios de emergencia acceder rápidamente a información técnica del vehículo a través de un simple escaneo.
Por último, y no menos interesante de cara a fomentar una conducción más segura, hay que hablar de safety score. Este sistema analiza los datos de velocidad, trayectoria y distancia de seguridad transmitidos en cada trayecto. Al final de cada desplazamiento, muestra la puntuación del conductor, entre 0 y 100. El sistema safety coach puede entonces ofrecer consejos personalizados para ayudar al conductor a mejorar su conducción para que sea más segura.